El
conservadurismo más recalcitrante se apodera de Brunéi. El sultán Hassanal Bolkiah anunció ayer la entrada en vigor
a partir de hoy del nuevo Código Penal, basado en la ley islámica o charia. Una legislación que legaliza la lapidación
por adulterio, la amputación de miembros en caso de robo y la pena de muerte
por blasfemar. La nueva normativa, que afectará también a los no musulmanes, se
aplicará en tres fases a lo largo de los próximos doce meses.
"Pongo mi fe en Alá todopoderoso y le estoy agradecido
para poder anunciar que mañana jueves 1 de mayo 2014 se aplicará la primera
fase de la charia, que será seguida por otras etapas", anunció ayer el
sultán. De esta forma, Hassanal Bolkiah, uno de los hombres más ricos del
planeta notificó a los 400.000 habitantes de Brunéi la aplicación progresiva de
la nueva legislación que endurece los castigos de los delitos. Una normativa
que convierte a este próspero país del sudeste asiático, gracias a la
explotación de unos inmensos yacimientos de hidrocarburos, en el único de la
región en el que se aplicará la charia. En Indonesia, el
país con la población musulmana más grande del mundo, la ley islámica sólo se
aplica en la región de Aceh, en la isla de Sumatra.
La puesta en práctica del nuevo Código Penal se llevará a
cabo en tres etapas. La primera, que entra hoy en vigor, contempla los delitos
de carácter genérico, que se sancionan con prisión o con multas pecunarias y
que se refieren a delitos como los embarazos legítimos o no asistir a la
plegaria de los viernes.
Para dentro de seis meses está previsto que se apliquen los
castigos corporales como los latigazos por consumir alcohol o abortar, así como
las amputaciones de extremidades por robos.
Y en un año entrará en vigor la tercera fase, que incluye
delitos sancionados con la pena de muerte. La nueva normativa legaliza la
lapidación como castigo en casos de adulterio, violación o sexo entre
homosexuales. Prevé, asimismo, la pena capital por difamar a Mahoma, blasfemar
o declararse no musulmán.
Las autoridades del sultanato han intentado tranquilizar a la
población no musulmana, en su mayoría de etnia china. La fiscalía general
insiste en que habrá un alto nivel de exigencia en la aportación de pruebas
antes de aplicar los castigos y que los jueces dispondrán de una amplia
discreción a la hora de dictar condenas.
Pero la inquietud se ha extendido entre el 30% de la
población no musulmana, ya que no queda claro en qué medida se les aplicará el
código. "La ley establece que la orden deberá aplicarse a los musulmanes y
no musulmanes, salvo que se indique expresamente", según The Brunéi Times.
Hasta ahora, la población no musulmana de Brunéi contaba con
el beneficio de la existencia de dos sistemas judiciales. Uno, el civil, basado
en la legislación británica, ya que el sultanato fue un protectorado de Londres
hasta 1984. Y otro, el islámico, que se limitaba a las disputas familiares o
matrimoniales.
La aplicación de la charia supone, a su vez, el último y
decidido paso de este sultanato hacia el conservadurismo más recalcitrante. Una
tendencia que en los últimos tiempos se ha plasmado en las órdenes de Hassanal
Bolkiah de imponer la educación religiosa a todos los niños musulmanes y de que
las empresas suspendan su actividad dos horas durante la oración de los viernes.